La semana pasada cerré un capítulo de mi vida, lo cerré de muy buen modo, con palabras cordiales, sin reproches, malas caras, ni odios y con un bonito «FIN» al término de el.
Me permití pasar un par de noches en el limbo recordando y valorando que en el fondo no todo ha sido tan malo como yo he querido pintarlo y que soy capaz de dejar atrás lo que sí que ha sido malo, porque no todo fué perfecto. Sin resentimientos, alguna sonrisa releyendo cosas y alguna punzada al releer otras pero bien, sin ansiedad alguna. Pensé en eliminar todo atisbo de esa «relación» pero como es algo que forma parte de mi vida no lo hice, tampoco lo he guardado todo pero vamos no voy a quemarlo si más.
Hoy arranca una nueva semana, es un nuevo día, tras este período en el limbo, hoy comienzo otro capítulo nuevo en mi vida con las pilas cargadas, fuerza mental y con un par de guines más en mi lista de «cosas que no repetir». Feliz y distinta, eso lo vais a notar porque yo ya lo estoy notando os lo aseguro!!!
La letra pequeña crece 