Demonios

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Hoy

Hoy es hoy… y es un día raro pero como otro cualquiera, no voy a negarlo.

Puede que últimamente tenga demasiado tiempo para pensar… y que eso me esté transtornando un poco, pero yo que sé, creo que en el fondo si pienso demasiado en algo es porque ese algo me inquieta para mal principalmente y me desquicia y yo desquicio a los demás… jajajajjaja parece un trabalenguas, ni yo sé lo que quiero decir y es justo eso!!! Que no sé cómo sacar lo que siento, ni las palabras, fieles compañeras siempre, me pueden ayudar en este momento de locura… pero aún así lo comparto para que veáis que sigo igual de loca que siempre y sobre todo, para ver si alguien me puede ayudar a salir de esta incertidumbre que siento….

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ERE personal

Abandono las redes sociales por un tiempo, como mínimo una semana… dejo el facebook y el twitter durante 7 días. Nunca pensé que diría esto… pero el día ha llegado.

No, de verdad, me he dado cuenta a raíz de las últimas semanas que como dice mi madre «tetas y sopa no caben en la boca» y «quien mucho abarca poco aprieta» y eso es lo que me ha sucedido, quiero tantas cosas, espero tanto de todo el mundo que me rodea que, en el fondo me siento vacía. Hace mucho que no dedico tiempo para mí, hace mucho… y eso no es bueno.

Sé que siendo periodista debería ser activa en esas redes sociales pero sinceramente, a día de hoy no me apetece nada.

Este blog no lo voy a dejar porque, a diferencia de lo que me afecta los otros dos soportes, aquí soy yo misma, escribo lo que quiero y no hay nadie que me interrumpa ni que me acribille a publicidad, comentarios y opiniones que no quiero leer. (Faltaría más que justo ahora todo el mundo empiece a comentar mis  post).

No creo que me venga nada mal intentarlo, de todos modos, mi vida no ha sido mejor por estar contínuamente pendiente de lo que publicar en otros sitios… y no tengo nada perder!!!

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Tampoco es para tanto…

Se paró y contempló el vacío de su alrededor. Saltó el muro del puente y se sujetó con ambas manos mirando ese vacío. No había vuelta atrás. Respiró profundamente y sin pensar en nada contó en voz alta: uno, dos, tres y se dejó caer.
Silencio. No vio pasar su vida en imágenes como tantas veces había oído decir. Solo escuchó una risa, su risa, le vino a la cabeza acompañada del momento en el que su padre ponía en la mesa una paella de un color raro, había confundido el azafrán con la canela, dándole un aspecto poco comestible. Recordó también a su madre y su hermana riendo a carcajadas ante la cara de espanto de su padre. Todos rieron sin preocupaciones.
Un golpe seco le cortó la respiración y el recuerdo. Al abrir los ojos vio como le desataban los pies y sintió como caía al agua. Desde el río miró al puente, alto, casi no distinguía las caras de la gente que había en el, aunque tampoco recordaba haberlas visto antes.
Se prometió que la próxima vez que sintiera que no había ninguna salida, que su vida estaba acabada, volvería a hacer puenting.

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