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Posts Tagged ‘tristeza’

«La suerte es para los débiles» esa frase me la decías una y otra vez. Ya han pasado cinco años desde que te fuiste y cada año mamá, Itziar y yo te hemos demostrado, allí donde estés, que no dejaste a tres mujeres débiles ni por asomo. Ha sido un fin de semana duro, cada 18 de marzo seguirá doliendo pero me quedo con todo lo que me enseñaste en el tiempo que te tuve cerca. Te quiero y te querré siempre papá 😘

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Frase

Se puede llorar de felicidad,
pero no reír de tristeza.

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12 motivos por los que quiero que este 2012 desaparezca ya:

1. La muerte de mi padre

2. La muerte de Tifaz

3. La pérdida de amistades

4. Mis ataques de asma

5. Darme cuenta de qué personas no merecían la pena

6. Las mentiras

7. La soledad

8. La tristeza

9. No tener un trabajo

10. No encontrar trabajo en Londres

11. Las dietas

12. La pesadillas

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gotasUna tarde de otoño dos lágrimas se juntaron en el suelo…

– Hola! – le dijo una lágrima a la otra.

– Hola – contestó la otra triste.

– ¿Qué te pasa, porqué esa cara tan seria? –

– ¿Por qué? ¿Me lo preguntas tú? – contestó molesta – Estoy triste, soy una lágrima, es mi estado narural, ¿no te pasa lo mismo? –

– No, yo soy una lágrima si, pero soy una lágrima de felicidad, no de tristeza –

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IMGP1420

Hoy mis padres celebrarían 25 años de casados. Mi padre le habría regalado a mi madre flores y alguna cosa que llevase pidiendo durante meses y por la noche se habrían ido a cenar a algún restaurante para celebrarlo. Habrían… Mi hermana y yo le hemos comprado flores y esta noche haremos la cena, pero ya nunca será lo mismo.

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La semana pasada no fue la mejor… positivamente puedo decir que no ha sido la mejor del año, pero teniendo en cuenta que se trataba de la cuarta semana del 2012, soy optimista de cara a que la media mejore con los 11 meses que quedan.

La semana pasada parecía más bipolar que nunca, lloré, lloré mucho de tristeza y por suerte un poquito de alegría (los que me conocen saben que siempre que me río, lloro, algo genético que funciona mal en mi aparato lacrimal). Pero yo sé lo que es llorar de alegría, eso sí que lo sé. De todos modos la proporción de lágrima era un 80/20, ganando las tristes por goleada.

¿El «por qué»? de esa mala semana, que tuvo su momento más álgido del martes al miércoles, podría resumirlo en un simple «se me juntó todo» pero, como este es mi blog y escribo lo que pienso y lo que siento, lo diré y el que quiera leerlo que lo haga y el que no… que cierre la ventana!!!!

Básicamente, no me gusta madrugar (problema número 1) soy consciente de que a las 7 de la mañana no estoy en mi mejor momento pero es que además, si madrugo mucho, dejo mi buen humor (el poco que tengo) en la cama y éste no cambia a lo largo del día, lo siento (esto de todos modos viene en mi manual del instrucciones pero pocos se paran a leerlo).

Problema número 2: odio, odio, odio mucho (pongo énfasis) que si yo acudo a alguien porque tengo un mal día y necesito que me anime, ésta persona me cuente sus problemas… O_o A algunos les sonará egoísta y pensarán que soy mala amiga, egocéntrica, bla, bla, bla… pero me molesta vale? Es decir, yo te busco porque quiero hablar contigo porque hoy, si hoy, no cualquier otro día del año y teniendo en cuenta que hace más de un mes y medio (y eso es mucho en mi caso), HOY  necesito que alguien me anime, y tu no sólo pasas de lo que te estoy contando sino que me cortas para contarme tus problemas y hablas de ti… perdona???

Problema número 3: trabajo… si vale, tengo trabajo, no como otros en la actual situación de crisis, al menos tengo trabajo algunas semanas, la semana pasada trabajé (esta no, sino no podría desahogarme así, lo aseguro). No hay nada mejor que encontrarte con un gilipollas (mmmm primera palabrota que escribo en el blog ¬¬’) que desde el  primer día no hace otra cosa que marearte y marearte, por no decir otra palabrota…

Problema número 4: Examen. Hacía mucho tiempo que no me presentaba a un examen y teniendo en cuenta que era la primera vez para dicha asignatura (que solo nombrar me da náuseas), decir que estaba nerviosa era quedarse corto!! La verdad es que los nervios iban acentuados con la idea de volver a la universidad, a ese terreno hostil en el que poder encontrarme con ciertas personas que no me apetecía mucho ver, nah, que no quería ver en absoluto (problema número 5, creo), y eso, sumado al malo café de máquina (porque no conozco ninguna máquina que haga buen café de máquina) no mejoró la situación…

Problema número 6: Llamar y que nadie conteste, jajajaja me cabrea más que deprimirme (también está en mi manual, apartado 5: llamadas, correos y mensajes) pero la semana pasada tuvo el efecto contrario totalmente… al final la persona que más lejos está de mí en este momento (en París) fue la que más cerca noté esos días: una hora por teléfono y miles de mensajes que, por suerte, no cesan…

Problema número 7: La simpatía de mi hermana, a ver, no me malinterpretéis no es que no me alegre que últimamente nos llevemos bien la Boni y yo pero, justo la semana pasada ella estaba cariñosa y yo deprimida, combinación muy negativa porque para una vez que se preocupa por lo que me pasa, el preguntarme por ciertos temas citados entre los números anteriores  fue la chispa que me hizo saltar, bueno más bien soltar, soltar toda la presión en forma de lágrimas saladas durante un buen rato, la pobre se asustó y todo… creo que no volverá a preguntarme.

Problema número ¿8?, no recordaba que fueran tantos:  mi empatía, ya sé que el número 2 era exactamente lo contrario, no queriendo escuchar los problemas de los demás cuando la que necesita desahogarse soy yo pero, no es lo mismo, me refiero a la empatía que, al estar sensible te hace sentir el mal de gente cercana a ti. Lo habría sentido igual sino estuviera deprimida pero la semanita que llevaba hizo que el dolor ajeno se sumara a la lista de motivos por los que me dio por pensar que todo era una mierda…

Y por si fuera corta la lista, además de todo eso se sumó el problema número 9, el que toda mujer tiene una vez al mes, y no es que sea un comentario machista porque odio a los hombres que se piensan que por tener un día malo tienes que estar ovulando pero, sinceramente no me ayudó a levantar cabeza, vamos, que era una hormona llorona con patas!!! (creo que a mi amiga Patri se reirá al leer esto) por suerte pude controlar sus efectos, al menos, en un campo en particular…

Es una lista muy larga pero, por citar un problema más ya que me gustan los número pares, diré que el número 10 era que esa semana no me gustaba nada como tenía el pelo… superficial sip, pero por patético que parezca, mi pelo fue lo que me causó un ataque de risa cuando no puede peinarme como quería…

Lo único positivo de esa semana (por decir algo): que ya ha pasado y que la recordaré por ser la peor semana de enero de 2012, por suerte no se repetirá!!!!!!

Pd- me da vergüenza haber escrito tanto… es como si fuera un reportaje para periodismo especializado! ¬¬’

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«No hay desesperación tan absoluta como la que viene en los primeros momentos de nuestra primera gran tristeza. Cuando aún no sabemos lo que es sufrir y tener que curarse. Sentirse desesperado y tener que recuperar la esperanza»

Pienso que todas las tristezas que uno sufre a lo largo de la vida tienen su momento de gran desesperación aunque no se trate de la primera vez que se sufre… ni de la última vez que se tengan que curar las heridas…

Tirita

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La fuerza del marPasea por la orilla del mar pensativo. Las olas no llegan a rozarle pero le amenazan con cada nuevo empuje. Mira al horizonte, nada, absolutamente nada. Se pregunta si en otra parte del mundo habrá alguien como él, justo en una orilla mirando también al horizonte en busca de una señal que le haga sentir algo; esperanza de saber que no está solo en esta inmensa tristeza que le invade.

Se descalza y sin vacilación se acerca a la orilla. Esta vez deja que las olas lo arrastren. El agua está fría, lo bastante fría para un 18 de diciembre. Aún así, aunque las olas lo arrastra y lo empujan poco a poco, ese frío no consigue paliar el dolor que siente, no es suficiente para dar una descarga de vida que reviva su alma rota. Piensa en meterse entero y ser tragado por la inmensidad del océano, pero las fuerzas le flaquean. Hunde un poco más los pies en la arena y siente la fuerza del mar, capaz de llevárselo todo por delante y se pregunta por qué no fue mar en aquel momento… si hubiese tenido fuerzas y valor, ahora todo sería muy distinto.

De repente grita, grita hasta sentir que se queda sin respiración, se deja caer de rodillas y rompe a llorar. Sabe que nadie le escucha y, mucho menos, le echan en falta, ella ya no le echa en falta.

Se escuchan cohetes, sale del agua y contempla en silencio los fuegos artificiales que iluminan el cielo sobre una gran carpa blanca. Dos minutos llenos de color en los que consigue dejar su mente completamente en blanco. Al acabar el silencio se rompe con aplausos y de fondo se escucha:

«¡¡¡Que vivan los novios, que se besen!!!!»

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Parque El Capricho, MadridElla camina despacio y pensativa, recordando cómo todo lo que le importaba en su vida se ha roto. No deja de llorar pensando que nunca será feliz… con aplomo se sienta en un banco del parque y observa a la gente pasar. Mete su mano en el bolsillo del pantalón y toca algo frío…en ese instante sonríe, sabe lo que es.

Saca media moneda de plata que, desde hace mucho tiempo, le acompaña en su vida, la contempla y por un momento vuelve a estar sobre las rodillas de sus abuelo escuchando una bella historia: «Esta moneda es especial, pequeña – comenta el abuelo – tiene magia, siempre busca su otra mitad, arrastra a quien la posee a encontrar a esa persona que es su media naranja, la persona que tiene en su poder la otra mitad de esta moneda, de este todo que es la felicidad. Este trocito de metal mejora con los años, se vuelve más valioso con el tiempo y va aprendiendo de lo vivido hasta el momento, para encontrar el mejor camino para llegar hasta la parte que le falta. Poco a poco, sin que uno se de cuenta, le va acercando a ese gran amor. Porque eso es lo que hace la magia. La magia no se ve, no se toca, ni se oye, pero se siente. Con sólo tener esta moneda en tus manos, este pequeño trocito de plata, llegará un día, cuando menos lo esperes y más perdida estés, que te mostrará un mundo nuevo. Mundo que verás a través de dos ojos que no serán los tuyos sino los de tu amor y dueño de la parte que le falta a esta moneda y dueño de tu corazón. Pero escucha bien lo que te digo -añadió el abuelo – cuando encuentres a esa persona, la encuentres de verdad, no debéis conservar ninguno  su parte de la moneda, ni guardarla como símbolo de vuestro amor, porque la moneda ya habrá hecho su cometido al juntaros. Lo que debéis hacer; y te digo esto porque sé que vas a encontrar la otra mitad; es tirar cada trozo lo más lejos posible y en direcciones opuestas para dar la oportunidad a otras personas de disfrutar de la magia. Porque lo bueno que tiene la magia es que no desaparece, se multiplica y, gracias a este trozo de moneda, muchas almas se unirán creando grandes historias de amor. Nunca la pierdas pequeña, no la abandones hasta que haga su trabajo.» Alzó el trozo de metal que sostenía en sus manos, contempló su belleza y una gran sonrisa apareció en su cara.

Al otro lado del parque, un joven contempla con dulzura la escena y fascinado por esa joven con una belleza especial sonríe mientras toca el colgante que lleva en el cuello, una cuerda con un trozo de plata.

No es el primer cuento que escribo pero sí uno de los que más me ha gustado escribir. Espero que quien lo lea lo disfrute!

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