Posts Tagged ‘silencio’
No se…
Posted in Días malos, Frases, tagged acostumbrado, ahora, cambios, desamor, dolor, motivo, no, padecer, saber, silencio, tu on 9 junio, 2015| Leave a Comment »
Sola
Posted in Días buenos, Fotooooos, tagged escribir, momento, pensar, redacción, silencio, SOLA, soledad, vacía, valorar on 4 abril, 2014| 2 Comments »
Sola en mi soledad en medio de una redacción vacía, es el momento de ponerse a escribir 😉
Todas…
Posted in Frases, tagged amor, dar, desamor, fue, momento, respuestas, silencio, todas, Víctor De la Hoz on 7 marzo, 2014| Leave a Comment »
No me escuchas?
Posted in Días buenos, Fotooooos, Frases, tagged amor, estar, gritos, odio, pasión, pensar, sentado, silencio on 23 enero, 2014| Leave a Comment »
Frase
Posted in Frases, tagged última, palabra, silencio, tener on 18 junio, 2013| Leave a Comment »
Que el silencio no tenga la última palabra.
Frase
Posted in Frases, tagged adentrarse, ahogar, clamor, hombre, multitud, propio, Rabindranath Tagore, silencio on 2 mayo, 2013| 1 Comment »
El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio…
Rabindranath Tagore
Frase
Posted in Frases, tagged respuesta, saber, sentir, ser, silencio on 17 julio, 2012| Leave a Comment »
El silencio es también una respuesta… suele ser una de las más crueles, a veces, hiere tanto como las palabras!
Confía…
Posted in Días buenos, tagged Alfonso, alma, Amistad, biblioteca de la vida, camino, confianza, confirmación, Cuentos, frase, fuerzas, futuro, imaginar, libro, momentos, orientar, presente, relajación, respirar, silencio, soñar, texto, viernes, voluntad on 20 enero, 2012| Leave a Comment »
Hace unos días quedé con una amiga, ninguna de las dos estamos pasando por nuestro mejor momento, bueno creo que nadie está pasando por su mejor momento dadas las circunstancias. Durante la conversación hubo un silencio (de los que no son nada incómodos) y al parecer la misma idea estaba rondando por nuestras mentes en ese instante.
Hemos compartido muchos años de nuestra vida, no recuerdo cuando fue la primera vez que hablamos y nos hicimos amigas así que debe ser hace mucho mucho tiempo, pero desde que nos conocemos, hemos compartido un gusto especial por las palabras (ella aparece en más de una de las 1.300 frases del post anterior), los cuentos, las historias y sobre todo, por los momentos de relajación que durante una hora, nos trasladaban a otro mundo donde intentar ver nuestra vida desde otro punto de vista y alejarnos de todo lo que nos agobiaba en ese momento. «Deberíamos llamar a Alfonso y hacer una relajación de esas en las que coger nuestro libro de la biblioteca de la vida, encontrar un regalo y ver a un animal» jajajaja eso fue lo que dije cuando empezamos a hablar del tema, «acuérdate del día que hicimos una rueda de los sentimientos con estas y nos tomaron por una secta» contestó. Pero ambas sabemos que esos momentos de sinceridad, silencio y compañía nos han marcado en más de una ocasión. Hasta siendo monitoras en las relajaciones y en esas sesiones creo que participábamos siempre como uno más por la necesidad de volver a sentir que, por muy mal que estén las cosas o por muy mal que creamos estar, al decirlo en voz alta, siempre hay alguien que está escuchando y que te puede ayudar y animar.
Siempre hay algo que hace que una sonrisa y un momento de tranquilidad inunde nuestro alma, o por lo menos el mío, cuando salen a la luz esas horas de los viernes, las convivencias, las pascuas o las simples reuniones por doquier en las que, a través de juegos, cuentos, y muchas relajaciones compartíamos momentos de sinceridad.
Entre todas las cosas que todavía guardo de esos días hay un breve texto, que en su momento utilizaron nuestros monitores para orientarnos y que posteriormente, nosotros utilizamos para orientar a otras personas, es este:
Confía en tus fuerzas:
Confía en las cosas que te inspiran.
Confía en las cosas que te dan felicidad.
Confía en los sueños que siempre has anhelado y déjalos hacerse realidad.
La vida no hace promesas sobre lo que te reserva el futuro.
Debes buscar tus propios ideales y animarte a cumplirlos.
La vida no te ofrece garantías sobre lo que tendrás.
Pero te ofrece tiempo para decidir que buscas y arriesgarte a encontrarlo y a revelar algún secreto que encuentre en tu senda.
Si tienes voluntad para hacer buen uso del talento y los dones que son sólo tuyos; tu vida estará llena de tiempos memorables y de inolvidable alegría.
Hablar por hablar
Posted in Bipolar, tagged alma, callar, contar, cosas, decir, hablar, ojos, palabras, secretos, silencio, situaciones, solas, tiempo on 17 enero, 2012| Leave a Comment »
A veces hablamos porque simplemente no podemos estar callados durante más tiempo. Hay cosas que van más allá de las palabras, son producto de la acción, de la necesidad del alma de expresarse abiertamente. A veces hablas porque no hay alternativa… otras, te reservas cosas que no te atreves a decir en voz alta porque serían demasiados reales y habría que aceptarlas; y no siempre pero de vez en cuando, algunas cosas hablan por si solas…
Tampoco es para tanto…
Posted in Bipolar, tagged carcajada, dolor, gente, imágenes, puente, puenting, recuerdo, respirar, risa, saltar, salto al vacio, silencio, vacio, vivir on 18 noviembre, 2011| 3 Comments »
Se paró y contempló el vacío de su alrededor. Saltó el muro del puente y se sujetó con ambas manos mirando ese vacío. No había vuelta atrás. Respiró profundamente y sin pensar en nada contó en voz alta: uno, dos, tres y se dejó caer.
Silencio. No vio pasar su vida en imágenes como tantas veces había oído decir. Solo escuchó una risa, su risa, le vino a la cabeza acompañada del momento en el que su padre ponía en la mesa una paella de un color raro, había confundido el azafrán con la canela, dándole un aspecto poco comestible. Recordó también a su madre y su hermana riendo a carcajadas ante la cara de espanto de su padre. Todos rieron sin preocupaciones.
Un golpe seco le cortó la respiración y el recuerdo. Al abrir los ojos vio como le desataban los pies y sintió como caía al agua. Desde el río miró al puente, alto, casi no distinguía las caras de la gente que había en el, aunque tampoco recordaba haberlas visto antes.
Se prometió que la próxima vez que sintiera que no había ninguna salida, que su vida estaba acabada, volvería a hacer puenting.