Hay veces que es mejor dejar marchar una parte de tu corazón. Duele pero esa parte es ínfimamente más pequeña que el resto que te queda. Y por raro que parezca, el corazón es más fuerte de lo que parece… Es capaz de amar hasta el infinito con sólo un pedazo. Y reconozcámoslo, en el fondo no se rompe tantas veces como decimos. A veces son simples rasguños, aunque no por ello duelen menos…