Hoy estoy nerviosa, lo sé, lo noto y mi cuerpo lo exterioriza como viene haciendo toda la vida. Y creo que es por tu culpa, pienso que mañana es el último día que nos veremos y puede que mañana termine todo lo que todavía no ha empezado entre nosotros. Me río mientras lo escribo, pero es una risa nerviosa, me encanta jugar como estamos jugando pero estamos más cerca del final del tablero de lo que pensamos y como somos dos pavos, nos caeremos antes de decir una palabra más.
Ayer casi soy yo la que da el paso, pero a pesar de que rechazo el romanticismo en el que es el caballero el que tiene que dar el primer paso, reconozco que me hice pequeña en ese momento… y tengo miedo, miedo de que lleguemos a mañana y nos vayamos sin más que un par de sonrisas y conversaciones que insinuaban más de lo que en realidad eran…
Lo que pasa es que en el fondo me quiero sentir como una princesa…
Uff que alivio soltarlo aunque sea por aquí…
La letra pequeña crece 