He cambiado. Lo sé, lo noto, algo me lo dice, llámalo X. Jajaja…
Tengo la sensación de que estoy anestesiada, que no noto nada de nada, hago lo que me apetece, lo que yo creo que es lo mejor para mi y si a alguien no le parece bien, pues que mire para otro lado y se aparte de mi camino. Me he cansado de ser complaciente, de intentar sacar lo mejor de mi cuando los demás no lo han valorado nunca o casi nunca.
Muchas cosas han dejado de importarme porque yo les he quitado importancia, ese ha sido siempre uno de los problemas, el valor que yo le he dado a todo lo que sucedía en mi vida, demasiado valor al parecer. Por eso ahora estoy volando por el limbo del dolor, no siento ni padezco y las personas que me han hecho daño, ya no tienen poder sobre mi porque han dejado de tener valor y cuando dejas de valorar a una persona, pasa de ser un yunque a una pluma que lo más que puede hacerte son cosquillas.
Y aquí estoy yo, riéndome de lo estúpida que he sido por crear castillos y cementerios en el aire por nimiedades que a estas alturas (el tiempo pone todo en su lugar), no están siquiera en mi vida. Más vale estar sola que mal acompañada dicen, pero por suerte yo no estoy sola y las malas compañías ya están lejos (gracias!!)
La letra pequeña crece 