O más bien nop, porque me dan un poco de miedito, lo reconozco. Pero el domingo me fui con una amiga a un club de hípica para que ella se apuntara a clases de equitación y la verdad es que me gustó.
Es un sitio muy ralajante, los caballos como que transmiten serenidad, paseamos, vimos a los caballos y disfrutamos de una tarde diferente, lejos del ruido y del gentío. Cosa que nunca viene mal…
Esa tarde me puse a pensar en qué hacer con mi vida… y algo saqué en claro… os iré informando como siempre!!