Mira que he conocido a malos hombres. No todos lo eran, pero la gran mayoría, en mi caso, sí.
Egoístas, capullos, infieles, mentirosos, malcriados, inmaduros, sinvergüenzas … podría seguir. Pero si algo bueno saco de haber conocido a tanta rana pocha, es que al final (o creo que es el final) encontré al definitivo para mí. Mi príncipe, por seguir con la metáfora de las ranas.