– ¿Cómo te llamas preciosa? –
– Fugaz – contestó ella.
– ¿A qué te dedicas? – Le preguntó intrigado.
– Soy una estrella – dijo ella con una sonrisa triste.
– ¿Y te pone triste ser famosa? –
– No soy famosa, soy una Estrella Fugaz, paso rápidamente por los corazones de la gente, consigo que sientan un gran amor, que amen y vivan intensamente conmigo, y una vez que yo les doy mi amor, una vez que se hace de día, se olvidan de mí y vuelvo a ser una mera estrella –