Así, dando vueltas vuelvo de nuevo a leer los tweets de Eloy Azorín y tengo que morderme la lengua porque sino, de tanta publicación que «le robo», esto puede llegar a ser más su blog que el mío…
Nuestro amor no empieza.
Nuestro amor no acaba.
Nuestro amor está.
Dando vueltas.
Sin parar.