Escuchando esta canción….
«No quiero el esepacio ese del que hablan todos»
«Porque sé que te acuerdas de mí, cuando estoy lejos»
Posts Tagged ‘acariciar’
Alguna lágrimita ha caído
Posted in Cuentos, Días buenos, tagged acariciar, acordarse, amar, amor, besar, brazos, canción, cerca, espacio, largo, lárgima, lejos, letra, llorar, mirar, morder, odio, pol, querer, sentir, tener, viaje, vida on 26 mayo, 2015| 1 Comment »
Viernes
Posted in Sin categoría, tagged acariciar, bajo, estar, gentecilla, humor, lluvia, rato, reírse, ser, viernes on 18 julio, 2014| 1 Comment »
Buenos días gentecilla, la semana se ha hecho larga pero el viernes ha llegado!!! A reírse un rato xD
La mujer que susurraba a los caballos…
Posted in Días buenos, Fotooooos, tagged acariciar, amar, caballos, creer, decidir, decisiones, escuchar, hablar, lejaníaç, mujer, orden, pasear, pensar, querer, respirar, susurrar, tomar, tranquilidad, vida on 19 septiembre, 2013| 3 Comments »
O más bien nop, porque me dan un poco de miedito, lo reconozco. Pero el domingo me fui con una amiga a un club de hípica para que ella se apuntara a clases de equitación y la verdad es que me gustó.
Es un sitio muy ralajante, los caballos como que transmiten serenidad, paseamos, vimos a los caballos y disfrutamos de una tarde diferente, lejos del ruido y del gentío. Cosa que nunca viene mal…
Esa tarde me puse a pensar en qué hacer con mi vida… y algo saqué en claro… os iré informando como siempre!!
A merced del viento
Posted in Días malos, tagged 23 de abril, 30, a merced del viento, años, acariciar, amarillas, amor, aniversario, calle, clavel, día del libro, dedicatoria, destino, librería, libro, mejilla, mesa, mirada, rosas, viajar, vida on 23 abril, 2013| Leave a Comment »
Hoy es su aniversario, 30 años juntos ya…
Ella le acaricia la mejilla mientras lee la dedicatoria del libro número 30 que le regala: A merced del viento viajé yo, hasta encontrarte a ti, mi amor.
Ambos sonríen al recordar el día en que se miraron por primera vez. Fue en aquella pequeña librería de la calle Clavel, dos jóvenes que miraban libros con entusiasmo, esperando encontrar en ellos las respuestas a todas sus preguntas, cruzaron sus destinos sin siquiera saberlo. Ella todavía ojeaba el libro que llevaba en la mano, y él, seguía con la mirada los títulos de la estantería. A la vez, ambos alargaron la mano para coger ese ejemplar de A merced del viento, quizá atraídos por el título, por el viento, o simplemente por el destino, pero desde ese mismo momento, sus manos no se han vuelto a separar.
Como cada 23 de abril, un ejemplar nuevo de «A merced del viento» descansa sobre la mesa, junto a una docena de rosas amarillas.
LUNA
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