En una serie de relatos cortos de la Obra Social de Caja de Ávila en la que participó un amigo mío, leí este relato que me pareció tan real y tan descriptivo que me identifiqué perfectamente en estas escasas palabras:
Esperando
Pegada al teléfono, esperando que llame. Creo que le dí el número equivocado, maldigo el día en que cambié de línea, pero no salgo de casa: si le gusté de verdad, me encontrará.
Deseando volver a verla, voy todos los días al lugar en el que nos conocimos. Me dio un número falso, pero tengo la absurda esperanza de que fuera una equivocación, así que espero y espero, como un imbécil: si le gusté de verdad, vendrá aquí de nuevo.
Me encanta, no puedo decir más!
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